El próximo sábado, día 19, el programa 'Olas de Energía', una iniciativa de Donostia 2016, llegará a Irun, de la mano de 'El Puente de los Olvidados'. Este evento ha sido organizado por Raquel Hernández Boned, a través de Orbela Komunikazioa y supone la única actividad que 'Olas de energía' ha apoyado en la comarca del Bidasoa. Hondarribi-Katsikas Boluntario Taldea, Juanjo Acosta (voluntario de Salvamento Marítimo), Men of Rock Elkartea, Santa Maria Madalena Tailerra y Oskarbi Kultur Elkartea son los agentes implicados en el proyecto.

Puente Avenida. El sábado, día 19, de 11.00 a 19.00 horas, rally fotográfico popular 'Un puente. Cien miradas'; de 11.00 a 12.00, 'Welcome my friend', taller colaborativo infantil; de 11.00 a 12.30, 'Cartas a un refugiado', instalación para escribir mensajes a los refugiados; de 12.00 a 12.30, 'Fronteras de papel', intervención artística abierta a todos los interesados.

Museo Oiasso. El sábado, de 17.30 a 18.30horas, en la sala Puerto, charla de Hondarribia Katsikas Boluntario Taldea y de Juanjo Acosta, voluntario de Salvamento Marítimo; de 19.00 a 20.00, concierto en formato acústico del grupo Lauroba.

'El Puente de los Olvidados' nace con dos objetivos, «poner en valor el puente Avenida y la importancia histórica que tuvo como vía de escape para refugiados vascos y españoles y reflexionar sobre cuál es la situación de los refugiados en general», señala Raquel Hernández.

Este año, el puente avenida celebra su centenario. «Conmemoraremos esta fecha celebrando una fiesta al aire libre. Se ha programado un rally fotográfico en el puente, una intervención artística y partricipativa, donde se romperán fronteras de papel, habrá talleres infantiles y una instalación para dejar mensajes para los 'olvidados', es decir, los refugiados que tuvieron que cruzar este lugar para comenzar una nueva vida en el exilio», añade la organizadora del evento.

El taller infantil 'Welcome my friend' correrá a cargo de Santa Maria Madalena Tailerrak y en él 30 niños y niñas crearán una obra solidaria que quedará expuesta en el propio puente. La actividad es gratuita, pero las plazas son limitadas. Para inscribirse, hay que enviar un mensaje a Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla . En caso de mal tiempo, el taller se desarrollará en el Museo Oiasso, al igual que el espacio para enviar las cartas a los refugiados, que estará atendido por la asociación de escritores del Bidasoa Oskarbi.

El punto solidario de la jornada vendrá de la mano de Hondarribi-Katsikas Boluntario Taldea y de Juanjo Acosta, de Salvamento Marítimo. «Ambas asociaciones trabajan activamente en los campos de refugiados de Grecia. Compartiremos con ellos, en una charla en Oiasso Museoa, sus experiencias sobre el terreno y nos acercarán la realidad de cómo se vive en los campos de refugiados de Katsikas y Chíos».

La jornada terminará con la música en directo del grupo donostiarra Lauroba, que ofrecerá un concierto, a las 19.00 horas, en Oiasso.

Todas las actividades programadas son gratuitas, aunque hay que tener en cuenta que los aforos tanto de las charlas como del concierto son limitados.

Por otra parte, el rally fotográfico popular 'Un puente. Cien miradas' se desarrollará por primera vez usando las redes sociales e Instagram(El Puente de los Olvidados) con la etiqueta #puenteolvidados. Con esta actividad, se persigue conseguir «cien miradas de un mismo puente, cien puntos de vista de una misma realidad». El objetivo del rally, abierto a todos los fotógrafos profesionales y aficionados que lo deseen, es «poner en valor la arquitectura del puente y demostrar que la realidad tiene múltiples puntos de vista».

¿Recuerdas ese primer Teo que leíste? Lo cogiste prestado de la biblioteca, te acompañó tu madre. ¿Recuerdas cuántas horas invertiste preparando los exámenes del último curso? Ibas cada día a primera hora a la biblioteca, te acompañaban dos amigos. ¿Recuerdas aquella tertulia de poesía a la que te apuntaste? Descubriste a Walt Whitman, te acompañó Pilar. Estos son sólo unos pocos recuerdos de los muchos que tenemos entre las cuatro paredes de Ikust-Alaia, ahora convertida en algo más que una biblioteca. El CBA es un centro cultural, una máquina de crear recuerdos y proporcionar información de todo tipo. El engranaje lo mantiene activo, ahora, un equipo de trece personas con Iñaki Ceberio como 'maquinista' principal.

-Ahora en el CBA somos un equipo de trece personas, sí. Pero, en realidad, el centro funciona gracias al trabajo de más personas que no veis.

-Maite Aramburu, Purificación García, Eneko González, Pati González, Victoria Gutiérrez, Iván Lucas, Silvia Rodríguez, Amaia Romero, Elisa Sagüés, Mertxe Tranche, Aitzol Urkiola, Vanessa Iturricastillo, Eider Marcos, Alex Santiago y yo.

-El servicio de limpieza, por ejemplo, es muy importante. Esas personas se encargan de que antes de abrir las puertas cada mañana, todo esté en perfecto estado. Son parte del equipo de la biblioteca. Igual que lo son los compañeros de la brigada. Cada vez que tenemos un evento o exposición, ellos vienen a echarnos una mano con el montaje. Sin olvidar al personal del Área de Cultura. Aquí se hacen muchas cosas que no se ven.

-Normal, el equipo ha crecido ahora con la apertura del CBA, pero en Ikust-Alaia yo empecé solo.

-29 de julio de 1988. Comencé con una sustitución. En aquel entonces solo había una persona trabajando en la biblioteca.

-No había peligro, pero date cuenta que entonces la biblioteca no era lo que es hoy en día. Durante estos años ha crecido, en calidad y cantidad. En todo.

-Fue a finales de los 70 cuando se puso en marcha en Irun la biblioteca municipal. Antes lo que había era una biblioteca popular circulante de la mano de la caja provincial de ahorros de Gipuzkoa. Incluso, en 1929, las actas municipales recogen el traslado de una biblioteca que había en el Ayuntamiento al asilo.

-Recuerdo haber ido allí como usuario cuando empecé el instituto, sí.

-Durante algunos años, el Ayuntamiento fue haciendo algunas adquisiciones y se fueron recuperando fondos de aquella biblioteca circular. En 1985, si no recuerdo mal, se habilitó la planta baja de Ikust Alaia y el semisotano para instalar ahí la biblioteca y el archivo municipal.

-Y después, poco a poco, los demás. Al principio se atendían escasamente 200 metros con unos horarios muy restrictivos. El espacio fue creciendo, 500 metros, 750, 1000... Eso ha exigido tener más personas. Ha sido, como es normal, un proceso largo, pero inevitable.

-¡Claro! He visto llegar a gente con cuatro o cinco años a llevarse los 'Teos', los mismos que ahora vienen con sus hijos. O he visto a jóvenes venir a la biblioteca a hacer sus deberes, y hoy en día les veo con un estudio de arquitectura. Con muchas de estas personas mantenemos relación, no con todas, pero con muchas sí.

-Aquí se hace un gran esfuerzo para que la máquina funcione. Se consigue porque las personas que trabajan en el equipo se implican mucho. Todo es mejorable por parte de todos, pero sin su implicación y motivación muchas cosas no serían posibles.

-El centro de información, formación y cultura por excelencia es la biblioteca pública. Es parte del corazón de una ciudad. Ahora, por las condiciones que tiene el CBA, esto es más visible. Pero siempre hemos tenido talleres o cosas en pequeño formato, hemos intentado siempre crecer en el aspecto informativo. El trabajo aquí es ímprobo, somos el motor y la sede de muchas cosas.

-Sin duda. Éste es un centro de documentación sobre la ciudad, el más importante y abierto.

-El catálogo oficial dice que setenta mil, pero hay más fondo. Tenemos mucha documentación, no todo son libros. Y tenemos vocación de tener más. Este centro no es antiguo, es nuestro deber recuperar cierta memoria y fondo. No todo lo que existe o ha existido está flotando en la nube.

-También en equipo. Vivimos muy aprisa, hay mucho ruido y hay que elegir dentro de las necesidades, posibilidades y deberes. No nos podemos dejar llevar por lo que nos gusta. Tiene que haber de todo, informática, arte, esoterismo, derecho... Debemos tocar todas las teclas para lograr un equilibrio y ser atractivos para los que vienen y enganchar a los que no.

-Nosotros nos guiamos por lo que mueven o piden los usuarios, pero también por la actualidad. El equipo tiene que estar al día de todo. Las nuevas tecnologías han llegado hace años y nos han obligado a ponernos la pila no, la batería.

-Eso es. El otro día, por ejemplo, vimos una noticia sobre un avión al que le habían puesto el nombre de Gloria Fuertes. Dijimos '¡ojo!', y ya estamos pensando cosas para el año que viene revitalizar la figura de la escritora.

-Yo tengo una responsabilidad, pero sin el equipo no funcionaría. Todos son importantes: las personas del mostrador, las compañeras que tejuelan, las que controlan las publicaciones, las redes sociales...

-Sí, y aún estamos engrasando la máquina, adaptándonos y descubriendo cómo trabajar los espacios. Hay mucho por hacer.