El Campus del Bidasoa de Mondragon Unibertsitatea, ha organizado esta semana, la segunda edición de las jornadas de Responsabilidad Social para dar soluciones reales a problemas de la comarca. En estas jornadas, han participado un total de 73 alumnos procedentes de Grado en Administración y Dirección de Empresas de MU (38) y de bachiller y grado superior de Administración de Finanzas de Irungo la Salle (35).

El encuentro se celebró los días 13 y 14, en la sede de la Facultad de Empresariales de Irun, y concluyó con la elección del mejor proyecto presentado entre los alumnos asistentes. El miércoles, los jóvenes participaron en una reflexión sobre lo que es la responsabilidad social: la búsqueda de respuestas a los retos del entorno, mediante la aplicación de criterios éticos en la gestión empresarial. A continuación, se formaron los equipos de trabajo, a los que se les plantearon los principales problemas de la comarca del Bidasoa en materia social, económica y medioambiental.

Desde el punto de vista social, se abordó la presencia de nuevos colectivos en riesgo de exclusión, el aumento del fracaso escolar y la ausencia de conocimiento del idioma francés. Desde la perspectiva económica, se planteó el desconocimiento de las oportunidades empresariales fronterizas, la falta de colaboración entre las empresas y la ausencia de financiación para el emprendimiento. Por último, en materia medioambiental, se abordó la gestión de residuos, la utilización del agua y la protección del patrimonio natural.

Para poner todos estos problemas en conocimiento de los alumnos, el campus del Bidasoa contó con la colaboracion del Consorcio Transfronterizo Bidasoa Txingudi, Emaús, el Centro Pedagógico Mendibil, Servicios de Txingudi, MyL Mugan, SECOT y Plaiaundi Parkea.

Una vez recogida toda la información y realizada la distribución de temas por grupos, se presentaron nueve proyectos, tres por cada una de las materias. La propuesta ganadora fue la que presentó el equipo formado por Alba Aguado, Eduar Zuloaga y Dani Hernández (alumnos de Irungo La Salle) y Eneko Ariztia y Jon Huici (estudiantes de MU).

Ellos mismos cuentan cómo efectuaron el trabajo y resumen la idea ganadora. «Nos tocó el tema de la gestión de residuos. Nos reunimos. Cada uno planteó sus ideas y, una vez puestas en común, vimos cuáles eran las más interesantes, las mejores propuestas», explica Eneko. «Combinamos un poco las ideas de todos para que el resultado fuera un proyecto común».

«Nos planteamos mejorar el reciclaje de residuos», añade Dani. «Nuestra propuesta consiste en que todos los productos lleven incorporada una pegatina con el color del contenedor en el que vayan a depositarse. Esto supone que habría que cambiar los contenedores. Los nuevos contenedores llevarían, además, un lector de pegatinas que avisaría al usuario si ha depositado correctamente o no el residuo. Por otra parte, nuestra propuesta plantea también, que cada usuario tenga en su casa unas pegatinas para las bolsas, con una especie de código que permita saber quién las deposita, de forma que cada mes puedan hacérsele descuentos en la tasa de basuras, dependiendo de lo que recicle. Todo esto conlleva un gasto, pero quedaría compensado con el aumento de ingresos por la cantidad de residuos para el reciclaje».

La competencia fue dura «porque todas las propuestas eran interesantes», añade Alba. El premio para los ganadores: «un vale de 30 euros para gastar en el FNAC» y la grata sensación de haber intentado contribuir con nuevas ideas a la solución de viejos problemas.

El objetivo de la Jornada de Responsabilidad Social es «sensibilizar a los jóvenes sobre la importancia que tiene ese concepto, de una manera más amigable, más cercana a la realidad que ellos viven en el día a día», explica María Angélica Martínez, miembro del equipo organizador de la jornada. «El año pasado celebramos la primera edición, un poco como experimento, pero la experiencia fue muy positiva y por eso hemos repetido. Creemos que es necesario plantear a los alumnos problemas que ellos puedan ver en su vida diaria y en su entorno». Una de las aportaciones más interesantes de la segunda edición ha sido «la presenciaes de las empresas y entidades que trabajan con esos retos en el día a día. Ellos han venido a contarlo, los alumnos han recibido la información de primera mano y a partir de ahí, han empezado a trabajar sus ideas». Otra actividad repetida este año ha sido el taller de comercio justo, impartido por Emaús «con el que los jóvenes entienden perfectamente el significado del concepto».