IRUN. La próxima semana, Irun acogerá un centenar de niños y jóvenes dantzaris de Bulgaria, Taiwan y la república de Tatarstan (integrada en la Federación Rusa). El Festival Internacional de Folklore Juvenil del Bidasoa gana un grupo invitado respecto al año pasado (volverán a ser los cuatro acostumbrados, incluyendo a los txikis de Eraiki), lo que, en palabras de Óscar Lucas, es "una buena noticia".

Estamos con ganas, hemos renovado y ampliado el equipo de trabajo y esperamos que las cosas funcionen bien. El año pasado, vimos que el festival había llegado a un punto de una cierta inercia. Se organizaba cada año, pero faltaba algo de ilusión e implicación de los padres de nuestros niños, que son los principales colaboradores en la organización. Hicimos una reunión para analizar la situación y se decidió dar un cambio al festival, "profesionalizar" un poco algunas tareas, como el diseño de la imagen, la búsqueda de grupos, el área de prensa y comunicación y la coordinación de toda la infraestructura y del catering de los grupos durante su estancia en Irun. Antes éramos menos y cada uno hacía un poco de todo. Además, hemos diseñado un plan estratégico del festival a diez años vista, marcándonos objetivos de dónde y cómo nos gustaría estar, dando pasos a cada trienio.

Queremos ir paso a paso. Lo primero ha sido recuperar el tener cuatro grupos en el festival y mejorar la comunicación y la coordinación con el Ayuntamiento de Irun. Siempre nos han apoyado y aunque este año por ejemplo no tenemos una ayuda económica mayor, sí estamos mejor coordinados y han puesto a nuestra disposición cosas que estaban ahí, como algunos soportes publicitarios de la ciudad. Eso nos facilita dar mejor a conocer el festival, sobre todo en Irun, que algunos todavía no lo conocen bien, aunque llevemos ya 17 años con él. De cara al futuro, la idea es pasar a seis o siete grupos a medio plazo y a diez años vista, si todo marcha bien, hacer que este festival sea un punto de encuentro no solo de folklore, sino también quizá de otras disciplinas, como los coros o el teatro, pero siempre con los jóvenes. Hemos presentado el plan a la Diputación Foral de Gipuzkoa y al Gobierno Vasco y parece que les gusta el planteamiento.

Sin duda, y más en estos tiempos de crisis. De dos años para acá hemos tenido el apoyo económico de Orona y este año, con el plan de futuro en la mano, hemos hecho gestiones para presentar nuestras intenciones a otras empresas que pudieran ser potenciales patrocinadoras. Espero que a partir del año que viene esas gestiones vayan fructificando, sería muy bueno.

Como siempre, haremos un desfile y actuación inaugural y la clausura, aquí en Irun. También repetiremos los talleres de danza abiertos al público y como novedad, este año, algunos hosteleros de Irun prepararán y servirán pintxos con recetas de los países que vienen al festival. Y los grupos tendrán también actuaciones en Bera y por primera vez, algo que nos hace especial ilusión, en Hondarribia.

La respuesta es muy fácil. En Eraiki Dantza Taldea los niños empiezan con cinco años y llegados a esa edad de diez o doce, muchos lo dejaban u optaban por ejemplo por el deporte y otras actividades. Necesitábamos un aliciente para el grupo de los medianos, como lo llamamos nosotros. Así, cada año, se preparan para este festival, es su actividad de fin de curso. Y además, gracias a los contactos que hacemos, también viajan fuera, a bailar en otros lugares.