Hay cosas que no tienen precio. Escuchar a Sinatra cantando My way, ver a Ilsa y Rick bailando Perfidia en Casablanca, releer un tebeo de los que ilustraron nuestra niñez, descubrir una buena novela policiaca... Cualquiera de estos pequeños tesoros estaban al alcance de la mano y del bolsillo en la Muestra del Coleccionismo de Irun, que celebró el sábado su sexta edición en la plaza del Ensanche. Una docena de expositores acudieron a este encuentro en que los visitantes pudieron adquirir a muy buen precio libros de segunda mano, vinilos, CD, DVD, juguetes, tarjetas postales y programas y carteles de cine, entre otros muchos artículos.

El día se despertó con tal chaparrón que los organizadores y expositores de la feria temieron una suspensión como la de 2012. «Menos mal que luego ha levantado y ha salido el sol», decía Miren Itxaso, del establecimiento irunés Tinta Comics. La joven comerciante acudía por primera vez a la Muestra de Coleccionismo. «Me invitó el organizador, Josema Martínez y se lo agradezco, porque creo que es una buena experiencia. Ya asistí a la feria del libro y me fue bien. Yo no tengo cosas de segunda mano, pero sí ofrezco una temática bastante enfocada al coleccionismo».

Miren se llevó a la plaza del Ensanche «una muestra de todo el merchandising que tengo en la tienda. He traído cosas de Juego de Tronos, de Big bang theory, de Strar wars, de El Hobbit... También he traído una colección de muñecos Pop, que están muy de moda y juegos de mesa para niños y mayores, que son poco conocidos, pero al mismo tiempo muy buenos, incluso algunos galardonados».

Junto al stand de la debutante Miren Itxaso se encontraba el del veterano Iñigo Martínez, uno de los clásicos y más visitados de la feria, donde los cinéfilos encuentran verdaderas maravillas y rememoran estrenos inolvidables.

Fotocromos de aquellos que se colocaban en las vitrinas de los cines, afiches, programas de los años 40 y 50, carteles, posters, DVD, libros antiguos... «La gente picotea. Compra de todo un poco: fotos de cine, películas, aunque lo que más sale son los discos y los libros de segunda mano. Están a muy buen precio», decía el coleccionista. Los programas de cine -Iñigo tiene más de 8.000- «son para un público más especializado», añade. «Los de los años 40 y 50 escasean cada vez más. Yo los ando buscando desesperadamente. Me suele dar mucha pena que vayan a la basura. Cuando alguien me dice que ha tirado una caja de zapatos llena de programas me da mucha rabia. Que sepan que los compro, que me avisen. Hay mucha gente que no les da valor, pero para quienes nos dedicamos a coleccionarlos son un tesoro».