Gipuzkoa solicitará oficialmente el lunes a la Diputación vizcaína la renovación del convenio para trasladar la basuras a ese territorio. El presidente del Consorcio de Residuos, Juan Karlos Alduntzin anunció ayer, tras la asamblea celebrada en San Sebastián por el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa, que «hemos aprobado pedir la ampliación del convenio de traslado de residuos a Bizkaia. Contamos con razones suficientes que justifican esta decisión». El Consorcio, explicó, espera obtener una respuesta positiva antes del 12 de junio, fecha en la que finaliza el convenio con la Diputación vizcaína. El acuerdo actual establece el envío anual de hasta 25.000 toneladas de basura procedentes de Gipuzkoa a vertederos vizcaínos.

Las causas que han llevado al Consorcio a adoptar esta decisión se resumen, según Alduntzin, en dos cuestiones. La primera de ellas es «el retraso que tiene el proyecto de la ejecución de un centro de residuos en Gipuzkoa. Los complicados trámites y los cambios en la planificación de los gestores anteriores habían demorado ya estos trabajos y les obligaba a renovar el actual convenio», justificó. Resaltó que «este retraso ya constituía una razón suficiente para la aprobación de la prórroga del convenio».

La segunda de las razones, según la Diputación, ha sido la nueva situación que se vive en algunos municipios guipuzcoanos, después de que «se decidiera implantar un nuevo sistema de recogida de basuras (PaP) que obliga a evaluar de nuevo las proyecciones para tener una adecuada gestión de las infraestructuras».

Alduntzin mostró su confianza en que la Diputación vizcaína apruebe esta petición. «No vemos razones para que se niegue la renovación del convenio, se trata de una cuestión que ya se había hablado en ocasiones anteriores con ellos». Ante la posibilidad de que la renovación no sea aceptada, Alduntzin admitió que «sería un problema al que buscaríamos soluciones» y añadió que «les daremos todas las explicaciones que sean necesarias». El presidente del Consorcio insistió en que «al margen de este acuerdo, el objetivo de Gipuzkoa sigue siendo que en 2015 haya las infraestructuras para tratar sus propios residuos».

Entre las decisiones que ayer acordó el consorcio se incluye el nombramiento de un director, cuyo nombre no quiso desvelar el diputado. Este periódico ha podido saber que se trata del ingeniero Antxon Lete, titulado por la Universidad de Navarra y responsable de la firma Eppur Zero Waste Solutions, con sede en Donostia.

Además, durante la asamblea se trató sobre las cuentas del Consorcio y su aprobación «formuladas en un escenario de suspensión temporal» de las obras. El PSE respondió que «la lectura de cuentas ha acentuado nuestro temor de que las pérdidas por gastos financieros y por indemnizaciones puedan seguir acumulándose».

Bildu volvió a quedarse sola en las Juntas Generales defendiendo la recogida de basura puerta a puerta (PaP) como alternativa a la incineradora. Sólo recibió un tímido respaldo de Aralar. El resto, la mayoría formada por PNV, PSE y PP recordaron a la coalición que el PaP es solo una forma de retirar la basura y que, como tal, no garantiza una solución integral al problema.

Los tres grupos coincidieron en señalar que el PaP requiere de vertederos o de la incineración para tratar los desperdicios que no se pueden reciclar.

La cuestión de los residuos volvió a las Juntas por iniciativa del PNV. Los jeltzales presentaron una resolución con el fin de evitar que la Diputación subvencione con su presupuesto el PaP. Salió adelante con los votos del PSE y PP.

La resolución propició que se reabriera el candente debate sobre qué hacer con los 350 millones de kilos de basura que los guipuzcoanos generamos cada año. Jeltzales, socialistas y nacionalistas defienden el Plan de Residuos en vigor que, en síntesis, propone impulsar el reciclaje e incinerar la fracción de basura que no se pueda reutilizar.

Bildu reiteró ayer su oposición al Plan de Residuos. Iñaki Azkarate fue expeditivo: «El PaP pone en duda la viabilidad de la incineradora». Y lanzó dos puyas al PNV y PSE. A los primeros, les dijo que el ayuntamiento vizcaíno de Berriz, con alcalde del PNV, ha decidido implantar el PaP. A los segundos, les recordó que la Federación Socialista Madrileña se ha pronunciado a favor de este sistema y en contra de la incineración.

El portavoz de Bildu añadió que los datos avalan la viabilidad del PaP. «La recogida puerta a puerta logra tasas de reciclaje que alcanzan el 90%. En Usurbil están ya en el 89%. La Agencia de Residuos de Cataluña indica que en algunos municipios superan el 80%. El PaP no lo ha inventado Bildu. Basta fijarse en Toronto, Bruselas, Manila, Milán... Si se ha logrado en esos lugares, ¿por qué no aquí»?

El PNV replicó a Bildu en su mismo terreno. «Ustedes manipulan los datos. En cada uno de los casos que citan, obvian que además de la recogida puerta a puerta utilizan incineradoras. ¿O se creen que en Alemania, Flandes, Holanda o Suecia, donde la incineración es una realidad indiscutible, se chupan el dedo?». El modelo de Bildu, subrayó Xabier Ezeizabarrena, «parece que no es el de estos países con larga tradición ecológica, sino Bulgaria, Rumania o Letonia».

El portavoz popular, José María Murguiondo, también recogió el guante lanzado por Azkarate y se centró en Europa. «Bildu engaña. Allí donde se ha implantado el PaP, ya sea Alemania, Suecia o Cataluña, también se incinera. Utilizan un sistema mixto. Es un error contraponer el PaP con la incineradora. Bildu está obsesionada con este tema».

Los socialistas incidieron en la misma línea. «Bildu tiene un comportamiento visionario. No quieren admitir que existen unos límites para el reciclaje. Los datos de Eurostat son claros. En los países más avanzados de la UE se ha llegado al 70% y el 30% restante se incinera».

El portavoz del PSE, Mikel Duran, afirmó que el PaP es un sistema de recogida de basura «sucio, caro, obligatorio y alineante. Además, Bildu desprecia el enorme coste que tendría la paralización de las infraestructura adjudicadas». Añadió que la coalición oculta datos a la hora de valorar el PaP. «En Hernani, por ejemplo, antes de la implantación del sistema, el servicio de limpieza viaria recogía 1.580 kilos de basura al mes. Tras ponerme en marcha el PaP, se retiran 14.000. No cabe duda de que este sistema es más sucio».

Aralar concedió cierto respiro a Bildu, aunque con sordina, ya que en el partido existen divergencias sobre el PaP. Aralar defendió la necesidad de acordar con los ciudadanos «sistemas de recogida eficaces». Ubera admitió que un porcentaje de la basura «no desaparece, no existen varitas mágicas y hacen falta infraestructuras», aunque no precisó de que tipo. En alguna ocasión Aralar ha propuesto construir plantas de biometanización.