Oficialmente, la obra de la plaza Urdanibia ya está en marcha. En la práctica, dará comienzo el lunes, porque, hasta ahora, solo se ha procedido al acopio de materiales y a la organización de las cabinas de obras y todo ello en una parcela privada anexa a la plaza, por lo que aún no se ha dejado sentir. La actuación, la obra propiamente dicha, tiene su fecha de inicio prevista fijada para este martes, 7 de enero.

A mediados del mes pasado, el alcalde, José Antonio Santano, acompañado de los técnicos del área de Obras, dio a conocer las distintas fases de una obra que se prevé que dure 13 meses. Será, a ojos vista, una urbanización más que necesaria para un espacio emblemático que lleva quince años vistiendo un ya muy deteriorado asfalto provisional. Modificará la circulación creando nuevas zonas peatonales y limitando a 20 por hora el tráfico en sus viales. Se respetarán los elementos singulares de la alameda, su arbolado, su 'petrilla', su fuente y su pilón. Estos últimos se restaurarán y el pilón, en concreto, se desmontará para volver a ser montado apenas un metro más atrás. Necesidades del paso futuro de los autobuses.

Quizá lo más llamativo será la apertura de la plaza hacia el antiguo hospital, cuya antesala, hoy limitada por piedra y hierro, se convertirá en nuevo espacio de estancia y de conexión peatonal.

También en el otro extremo, la alameda tenderá a ampliar sus márgenes y para ello está previsto eliminar los primeros metros del muro que limita el parque de la Sarjía hacia la calle San Marcial.

Todo esto, y algunas cosas más, serán lo visible tras las obras. Pero bajo el suelo habrá mucho más. Gran parte de la actuación prevista se realizará sobre las infraestructuras de saneamiento y abastecimiento de aguas. También sobre otras infraestructuras, en un intento de que, en el futuro, la instalación de txosnas, escenarios y otros en el interior de la plaza resulte más segura, ordenada y eficaz.

La primera fase de trabajos se localizará en la entrada de la calle Korrokoitz desde la plaza, junto a la cooperativa agrícola, y se extenderá por ese lateral de la plaza hasta el cruce de la calle Uranzu aunque sin afectarlo. Esto obligará a determinadas modificaciones en la circulación por el barrio.

La principal afección será para los vehículos que lleguen desde Larreaundi, bien por la calle Vega de Eguzkiza, bien por Santa Elena. Dado que el recorrido normal alrededor de la plaza no se podrá realizar por el corte en el encuentro con Korrokoitz, la dirección de obra ha dispuesto utilizar parte de la propia plaza como vial provisional, en concreto, la alameda pequeña, la parte más cercana a Korrokoitz. El mismo corte obligará a que los tráficos desde las calles Uranzu y Juncal en sentido Larreaundi tenga que circular obligatoriamente por el lateral de la plaza más próximo a Larretxipi, donde se eliminará el aparcamiento para facilitar el tránsito. Por supuesto, el acceso a Korrokoitz se realizará desde la calle Uranzu.

En esta primera fase, las tareas más laboriosas tendrán que ver con la renovación de infraestructuras subterráneas y se prevé que se extienda hasta el mes de abril. Para facilitar la vida a vecinos y comerciantes durante los meses de actuación, la empresa adjudicataria, Obegisa, establecerá un punto de atención informativa donde está colocando sus casetas, una parcela vacía entre las calles Uranzu y Korrokitz, con entrada desde la plaza Urdanibia.

Además, está previsto que se habilite un espacio informativo en la web municipal y el alcalde anunció a los vecinos que reuniones informativas como la ya celebrada se repetirán, aproximadamente, cada tres meses.

Otra de las afecciones directas que causará el inicio de las obras será el traslado provisional del mercadillo de los sábados por la mañana, que ante la imposibilidad de ubicarse en la plaza, encontrará acomodo en el entorno del vial Dolores Salís (el que une Larreandi con la calle Santa Elena en paralelo a la regata), donde ha venido celebrándose cuando otros actos le han impedido ocupar la plaza el sábado por la mañana.

Ante posibles incidencias que las obras puedan causar en las edificaciones del perímetro de la plaza (existen muchos edificios modernos pero también otros con más de un siglo de antigüedad), la empresa adjudicataria ha anunciado que realizará actas notariales de la situación de las mismas para conocer con exactitud su estado actual y poder compensar los problemas derivados de la ejecución de los trabajos.

Aunque la obra tiene su punto de partida en la calle Korrokoitz, desde el momento en el que el día 7 de enero se pongan a trabajar las máquinas, quedará eliminado el aparcamiento en el interior de la plaza y en su entorno inmediato, cincuenta y cuatro plazas de aparcamiento que desaparecen con el comienzo de la obra y ya no regresarán. Como medida paliativa para los 13,5 meses de ejecución del proyecto, un centenar de vecinos dispondrá de una de las 102 plazas que en el aparcamiento subterráneo de San Juan el Ayuntamiento ha dispuesto a razón de 40 euros mensuales.

A la finalización de la obra, terminarán esas condiciones especiales. También está previsto que bien a lo largo de los próximos meses, quizá al acabar la reurbanización, se implante la OTA en la Parte Vieja.