Txingudi Anti Sexista anunció ayer los nombres de las premiadas en el II Concurso de Relatos Breves Asun Casasola: Nerea Sarriegi, de Hondarribia; y Olga Alicia de Ferrari, de la ciudad argentina de San Pedro, han ganado el certamen en las categorías de euskera y castellano, respectivamente, por sus relatos 'Zeinek lortu du?' y 'Como el viento'.

Las organizadoras del certamen concretaron que en la categoría en castellano «no ha habido unanimidad total por parte del jurado», ya que Alfonso Sastre «proponía el relato 'La casa de dios', de Luis Chaparro González. En palabras de Alfonso, no haber llegado al consenso absoluto es debido al gran nivel literario de los relatos». Txingudi Anti Sexista agradeció el trabajo de todos los miembros del jurado, «que de forma altruista han colaborado en esta iniciativa».

Este domingo, a las 18.00 en la plaza Urdanibia, se procederá a la entrega de premios: personas vinculadas al mundo de la educación leerán varios de los relatos presentados, con el acompañamiento de la música de Jon Martínez Santamaría. Al acto asistirá asimismo Asun Casasola.

Txingudi Anti Sexista envió un agradecimiento a «las 372 personas, 189 hombres y 182 mujeres de 22 nacionalidades» que han presentado un total de 417 trabajos, superando ampliamente los 108 que se recibieron en la primera edición. «Abrumadas por el aluvión de relatos, no nos queda más que dar las gracias y reafirmarnos en la necesidad de transformar la sociedad. El 8 de marzo», subrayaron, «es una fecha señalada para reivindicar la necesidad de trabajar por una sociedad donde ser hombre o mujer no condicione las posibilidades», así como «el derecho a una vida digna, libre de todo tipo de violencias».

El jurado ha declarado culpable de asesinato al autor de la muerte de Napoleón Ali Zngmeni, cometida hace dos años en Irun. Los miembros del tribunal, ocho mujeres y tres hombres, han dado por válida la tesis de la Fiscalía, quien solicita para Leandro Jesús A.L, de 31 años y natural de la República Dominicana, 17 años de prisión. Por su parte, la defensa pide 10 años de cárcel.

Durante el juicio, el acusado aseguró que él no era el culpable de la muerte de Napoleón. "Yo no le maté. No sé de dónde ha salido que aquella noche iba armado con un cuchillo. No es verdad", afirmó. Sin embargo, los expertos en genética de la Ertzaintza explicaron en una de las sesiones que el cuchillo que se utilizó en el crimen tenía en la parte de su hoja sangre del fallecido y en las cachas de madera ADN del acusado.

Los hechos acontecieron la madrugada del 2 de marzo, en la calle Cipriano Larrañaga, en pleno centro de Irun. La ciudad festejaba los Carnavales y la zona se encontraba repleta de personas ataviadas con disfraces. Napoleón Ali Zngmeni, que había llegado a Irun unos días antes, salió a tomar algo con unos compatriotas. El relato de lo acontecido que ha elaborado la Fiscalía precisa que, en torno a las cinco y media de la madrugada, la víctima coincidió con dos personas que iban vestidas de policía y bombero respectivamente. A Napoleón le hizo gracia el sombrero que lucía uno y se detuvo a conversar con ellos.

En un momento determinado, según precisa la acusación pública, se produjo un equívoco y la persona que vestía de policía creyó que se iba a producir un altercado entre su amigo y el grupo de personas de origen africano. Ante esta circunstancia se dirigió a la víctima y le dijo: "Tranquilo negro, que no pasa nada".

Napoleón interpretó la expresión como una ofensa y se enfadó. Seguidamente, ambos se enzarzaron en una pelea a la que pronto se sumaron compatriotas de la víctima así como amigos del sudamericano. Una mujer también de origen latino y con una "especial relación de amistad con el acusado" trató de terciar en la discusión y quiso tranquilizar a Napoleón. Pero la chica no consiguió su objetivo y la víctima se desembarazó de ella llamándola "gilipollas". Este insulto hacia su amiga hizo que el acusado montase en cólera y propinase a Zngmeni un puñetazo en la cara. El acusado, según el fiscal, extrajo un cuchillo y asestó dos rápidos golpes al pecho de Napoleón.

La agresión le produjo dos heridas de gravedad, a pesar de las cuales la víctima logró huir de su atacante en dirección al Paseo Colón, donde fue visto por dos agentes de la Ertzaintza. Estos, sin embargo, a pesar de que Napoleón se tambaleaba y tenía la camisa manchada de sangre, no sospecharon que estuviese agonizando. Al contrario, creyeron que estaban ante una persona disfrazada y con síntomas de embriaguez. Finalmente, la víctima se desplomó y murió.