Diversas empresas del Grupo Gureak trabajan actualmente en las contratas de diversos servicios municipales. Pudo ser un gesto de integración social en un principio, pero la realidad hoy es que su impecable trabajo ha llevado a que las oportunidades primeras, hace treinta años, hayan consolidado una relación entre la ciudad y el grupo que supone más de 60 puestos de trabajo y dos plazas de prácticas remuneradas.

Esa trayectoria es la que Gureak ha reconocido al consistorio irunés con el Premio Luzaroan, uno de los cuatro que cada dos años concede. Éste en particular reconoce las colaboraciones de largo plazo. Hace casi 30 años, comenzó la relación del Ayuntamiento de Irun con el Grupo Gureak, adjudicándole el contrato de jardinería. Empezaron unos pocos empleados que hoy son varias decenas agrupados en la marca Goroldi. «Más de cuarenta en el otoño-invierno; más de cincuenta entre abril y septiembre», explica Manolo Martínez, encargado general de Goroldi en Irun. «Es un servicio bastante estacional. A veces es mejor tener dos personas durante los seis meses de mayor carga de trabajo que una persona durante todo el año».

Martínez está en esto desde que entró Gureak. Muy poco después llegó José Manuel Lasa, operario de jardinería desde 1985. «Antes de entrar aquí hice otras cosas dentro de Gureak: lavandería, guarda del centro San Pablo... Cuando entré en jardinería, no sabía nada. Al poco de empezar hice un curso de formación, y luego he ido aprendiendo con el paso de los años», y le ha cogido el gusto. «Ahora, hasta tengo en casa un poco de espacio para plantar algunas cosas». Cuando Lasa empezó a trabajar los parques y jardines irundarras «no había máquinas. Usábamos una hoz. No teníamos vehículos. Sólo una carretilla». Ha sido testigo de la revolución tecnológica «y hoy es uno de los mejores con el cortacésped, con la desbrozadora», asegura Eugenio Zubia, técnico de Goroldi que coordina las diversas brigadas de la jardinería irundarra.

La de la maquinaria fue sólo una de las revoluciones que ha presenciado en estas tres décadas. Esteban Jara, el responsable municipal del servicio, comenta «cómo ha crecido la plantilla; cómo han crecido los servicios; cómo han cambiado los criterios, más sostenibles, más ecológicos». Jara ha sido también testigo de la maduración de Goroldi. «Cuando entré, en Irun había sólo tres jardineros». Entiende que toda esta transformación se debe a diversos factores tecnológicos, sociales, pero también menciona «el trabajo realizado desde Goroldi y la apuesta que ha hecho el propio Ayuntamiento». Todo cuenta para que hoy Irun sea un referente en jardinería, una referencia incluso para los mismo municipios franceses que hace treinta años «nos llevaban un mundo de ventaja». «Cuando empezamos», recuerda Zubia, «casi no sabíamos mover una carretilla. Treinta años de apuesta sostenida, de confiar en Goroldi, nos han permitido evolucionar para que la jardinería en Irun sea hoy lo que es».

Lasa no quiere cerrar sin dejar claro que está «muy contento. Hago mi trabajo y me gusta. Y después de tantos años, creo que la empresa no tendrá ninguna queja de mí». Ni él de ella. «No, desde luego que no».

Aunque la mayor parte del empleo de los trabajadores de Gureak en el Ayuntamiento se encuentra en la jardinería municipal, Eugenio Zubia recuerda que también hay «seis personas que, a través de Galant», otra empresa del Grupo, «se encargan de la limpieza de los polideportivos. Goiar, la filial de Gureak para servicios de lavandería, tiene gente trabajando en la Residencia Ama Xantalen. Además hay dos personas que hacen prácticas, una en la Biblioteca Municipal, otra en la Escuela de Música. Y existe una colaboración con Gupost, que es la empresa que se encarga de la atención telefónica del SAC».