Irun se mueve a ritmo de folk

El folklore de diferentes culturas vuelve a ser protagonista estos días en Irun. De la mano del Gaztefolk, juventud, danza y color han llenado la ciudad con un buen número de actividades que, además de vistosas, son también participativas e invitan a los irundarras a implicarse en ellas. Eraiki Dantza Taldea, organizador del Festival Internacional Juvenil Folklórico del Bidasoa, ejerce estos días como anfitrión de los cuatro grupos.

13.00: Desfile por las calles de Zumaia.

18.00: Actuación en Ola Sagardotegia, en Meaka.

19.00: Desfile por Hondarribia.

20.00: Espectáculo de los grupos en Hondarribia.

20.00: Actuación de los grupos en el frontón de la escuela de Bera.

19.00: Clausura de esta edición del festival con una actuación en el Centro Cultural Amaia.

Los hay que llegan desde no tan lejos, como es el caso del grupo valenciano Sargantana. «Tenemos una sección juvenil desde abril de 2012», explica Tximo, director y coreógrafo del grupo. «La idea gustó, nos federamos y actualmente somos el único grupo infantil de estas caracteríticas de la Comunidad Valenciana. Representamos bailes de las tres provincias: Alicante, Castellón y Valencia. Intentamos no dejarnos ningún rincón de la comunidad por representar». Los jóvenes bailarines de esta agrupación tienen entre 8 y 16 años, si bien hay otra sección de adultos. Su presencia en el Gaztefolk es gracias a la amistad que nació con Eraiki en otro festival.

Otros grupos han tenido que recorrer un largo viaje hasta llegar a Irun: de Eslovaquia son los jóvenes de Zornicka, un grupo que procede concretamente «del centro» del país, «de una ciudad llamada Zloven», explica Radka, una de sus componentes. «Actualmente hay unos sesenta jóvenes en el grupo». Radka asegura que la experiencia que están viviendo en Irun «está siendo muy buena. Nuestra directora, junto con otros chicos del grupo, ya estuvo aquí hace quince años. Nos ha gustado mucho el poder volver a esta ciudad. La gente aquí es muy, muy amable. Todos quienes ayudarnos», aseguraba. Radka también destacó que el festival de Eraiki «nos permite conocer otras culturas y a otra gente».

Ellos mismos, también, se implican para que estos días tanto los irundarras como el resto de los grupos puedan aprender más sobre el folklore de Zloven. Por ejemplo, a través del taller de baile que ofrecieron ayer, junto con los demás participantes, en la plaza del Ensanche. Si bien, reconocía Radka, «no es fácil aprender nuestros bailes. Son muy dinámicos, pero esperamos que la gente pueda disfrutar de ellos».

Un poco más allá de Eslovaquia está el hogar del Grupo de Danzas Zargoche: sus componentes proceden de Bulgaria, y en sus danzas reflejan la cultura de la ciudad Stara Zagora. «El grupo se formó en 1996. Desde entonces, cientos de jóvenes han formado parte» de Zargoche, señala el director de este grupo. «Nuestras danzas están muy ligadas a la tierra».

Y desde aún más lejos ha llegado Selenga Dance Ensemble, agrupación fundada en 1992: son naturales de Buryatia, una de las repúblicas que componen la Federación Rusa. «Queremos mostrar nuestra cultura, nuestras tradiciones», explican Sayana, Anna y Katya. «Vivimos cerca del lago más profundo del mundo», llamado Baikal, en la parte sur-central de Siberia. «Uno de los bailes más importantes que vamos a representar hace referencia a este lago». Las componentes de Selenga apreciaban que «también aquí, en Euskadi, se ha mantenido el folklore y la tradición durante muchísimos siglos».

A través de este festival, uno de los objetivos de Eraiki Dantza Taldea es «reflejar la diversidad cultural de cada país por medio de su folklore». Con la de este año, el Gaztefolk suma ya nada menos que diecinueve ediciones.

Aún habrá tiempo de disfrutar del programa de actividades del festival, que se prolongará hasta pasado mañana, martes. Tanto hoy como mañana, los grupos visitarán localidades del entorno de Irun como Hondarribia, Bera y Zumaia. El martes, todos ellos regresarán a Irun, para ofrecer en el Centro Cultural Amaia, una actuación que pondrá el broche a la iniciativa más colorida y culturalmente diversa del verano de Irun.