El servicio rural de transporte a demanda, puesto en marcha por el Ayuntamiento de Irun y la Sociedad de Desarrollo Rural Behemendi, se estrenó ayer. Este servicio está destinado, especialmente, a las personas mayores y discapacitadas que viven en zonas rurales del municipio, aunque también será útil a la población infantil que necesite acercarse a las paradas del transporte escolar o a cualquier vecino que carezca de vehículo propio.
Una furgoneta adaptada realizará los viajes desde las zonas de Olaberria, Meaka, Ibarla, Behobia, Elitxu (Txenperenea) y Ventas. Para utilizar el servicio, el usuario deberá llamar al teléfonno 608 150908, de Behemendi, con, al menos, una hora de antelación. Habrá dos tarifas: una para el billete ordinario (1,30 euros) y otra para los poseedores de la tarjeta Mugi (0,72 euros), aunque en ambos casos el abono se hará en metálico.
Los delegados de Movilidad y Desarrollo Rural, Cristina Laborda y Miguel Ángel Páez, respectivamente, presentaron ayer, en Olaberria, este nuevo servicio, acompañados del Juan Cruz Alberdi, representante de Behemendi, Karmele Tolosa, conductora del vehículo adaptado que realizará los viajes y Roberto Iparraguirre, presidente de la A VV Larreaundi-Olaberria.
«Hoy damos un paso más en los objetivos marcados dentro del Plan de Movilidad para el desarrollo y el fomento del transporte público en Irun», dijo Cristina Laborda. «En esta ocasión, se trata de una iniciativa dirigida a colectivos específicos de los entornos rurales, que busca acarcarles el transporte público lo más posible a sus domicilios».
Miguel Ángel Páez subrayó que el nuevo servicio será una herramienta últil a los vecinos de la zona rural «para desplazarse a puntos de referencia de la ciudad, como el hospital comarcal, los ambulatorios, los entornos comerciales o el centro de la ciudad».
Juan Cruz Alberdi agradeció al Ayuntamiento «que haya puesto en marcha este servicio, en un momento difícil como éste. En el medio rural de Irun viven alrededor de 2.100 personas y este nuevo transporte viene a cubrir parte de la demanda de esta población. Aproximadamente una cuarta parte de estos vecinos de Irun son mayores de 65 años y la mayoría de las personas que cuidan a la población mayor rural son mujeres que no tienen vehúculo propio. Otra cuarta parte son escolares que tienen que trasladarse diariamente a la parada del autobús de su centro».
Karmele Tolosa, que ya ejerció como conductora en la experiencia piloto de transporte rural que se llevó a cabo hace tres años, aseguró que «si de algo sirve este servicio que ahora se pone en marcha es para devoler a muchas de estas personas su autoestima. La gente que no puede salir de su casa sin recurrir a algún vecino o a algún miembro de su familia, consigue tener su propia autonomía y eso es algo muy importante para ellos».