Los meses de invierno son tradicionalmente malos en términos de empleo. Por eso, aunque sólo cabe hablar de malos resultados cuando el paro aumenta, el balance de este mes de febrero tiene que ser matizado en su valoración. Irun incorpora a su lista de desempleados 71 personas más, pero este dato, negativo en sí mismo, supone una aminoración muy importante respecto a los 129 puestos laborales perdidos el año anterior. Es una comparación interanual muy diferente de la que dejó enero, ya que este año el paro aumentó en el primer mes del año en 287 personas, 16 más de lo que lo hizo en 2010. En cualquier caso, la cifra total de desempleados alcanza en la ciudad los 5.078 (16,2%), aún por debajo del máximo de 5.130 que alcanzó en abril del año pasado.

El incrementó relativo en Irun ha sido del 1,4%, por debajo de la media guipuzcoana (1,8%), donde se han añadido al desempleo 787 personas, y de la vasca (2,2%).

La comarca del Bidasoa ha registrado un comportamiento bastante bueno en relación al del territorio, eso a pesar de que las cifras en Hondarribia no han acompañado esta vez. La villa suma 22 personas a su lista del paro, que en términos relativos supone un 2,4% más. Se queda en 927 desempleados con una tasa del 11,3%. Así, en valores de comarca, febrero se cerró con 6.005 solicitantes de empleo y una tasa del 15,2%.

Sin embargo, más que en la diferencia entre enero y febrero, es en la interanual donde el comportamiento comarcal se ve favorecido respecto de la situación que atraviesa Gipuzkoa. El incremento de paro en el Bidasoa es del 3,7% (212 personas), mientras en Gipuzkoa esa variación relativa es del 6,84%. En algunas comarcas como Bajo Deba y Oarsoaldea el aumento se ha situado por encima del 10%, y Urola medio, por encima del 11%.

En esa línea, desde Bidasoa activa subrayaban ayer que tanto en la industria como en la construcción hay menos desempleo ahora que hace un año, en ambos casos con una variación negativa superior al 2%. De los derivados del sector servicios, el incremento es apenas del 1,6%. La pregunta obligada es por qué entonces tiene la comarca 212 desempleados más que los que tenía hace un año. La respuesta es que de las 6.005 personas de la comarca que actualmente quieren trabajar y no pueden, 391 no tenían empleo anterior, mientras que hace un año, la cifra era de 222. Es decir, se están incorporando muchos nuevos demandantes de empleo.

Este dato permite atisbar que detrás de los problemas de desempleo en la comarca, más acusados en Irun, no está tanto ya una destrucción de puestos de trabajo como la escasa capacidad de generar nuevos, al menos de generarlos a mayor velocidad de lo que se destruyen. Sin embargo, para confirmar esa tendencia sería necesario comparar el número de personas que trabajan actualmente en la ciudad con la cifra de años anteriores.