El hotel de San Juan deja de ser una utopía deseada, un planteamiento a largo plazo, una oportunidad que podría aprovechar la iniciativa privada y un objetivo optimista. Después de haber pasado por todas esas fases y alguna más, el hotel de San Juan, con sus cuatro estrellas, se ha hecho sitio en la esfera de lo real. El Pleno del Ayuntamiento de Irun, con voz unánime, ha aprobado la propuesta de Mugaburu SL para adjudicarse el derecho de construcción del edificio en la parcela ofertada y la explotación de sus servicios a 60 años. El dictamen contempla tres años desde la firma hasta la apertura, incluida una obra de 20 meses. Si todo fuera como debe, se estrenará a finales de 2014.
Como recogieron los pliegos de contratación, no será sólo un hotel. Éste lo gestionará la cadena Silken, con reconocida trayectoria, especialmente, en hoteles de cuatro estrellas. Pero el resto de servicios se alquilarán al margen y entre ellos se cuentan un restaurante de 900 metros cuadrados en la última planta, con acceso independiente al del hotel, salón de eventos y terraza panorámica; un bar-cafetería a pie de calle y un espacio comercial que entre planta baja y subsuelo pondrá a disposición de un único negocio casi 1.700 m2 de superficie.
Esta operación, lo explicaba ayer el alcalde, José Antonio Santano, persigue «dos objetivos: como hotel, atender a las personas que se acerquen a la ciudad en clave profesional o de ocio, pero también está pensado para la ciudad, con servicios de comercio y hostelería que tendrán una accesibilidad directa para los ciudadanos».
Tres aportes «estratégicos»
Santano quiso incidir en que «es un proyecto con alcance estratégico en lo económico, en lo social y en lo urbano». Señaló en cuanto a lo primero que «es una apuesta inversora de más de 12 millones de euros por parte de una iniciativa privada» y que sirve para situar a la ciudad «como un referente en el ámbito del turismo de ocio y en el profesional, mirando a las empresas, a Ficoba, incluso a la capitalidad cultural europea de Donostia en 2016». De lo segundo, destacó que «va a crear empleo directo e indirecto», y que con la claúsula social que se incluyó «atenderá a los desempleados de Irun en la construcción y en los servicios futuros». En lo urbano, supone «un paso importante para seguir avanzando en la remodelación de San Juan».
Pese a todo esto, o quizá por todo ello, el alcalde destacaba que «lo más importante es lo que no está escrito. Es una ilusión colectiva que transmite un mensaje positivo, de futuro, a toda la ciudad. Las cosas no se paran, seguimos avanzando. Irun mejora como ciudad turística, surje un edificio moderno en el corazón de la ciudad, se crea empleo...». También resaltó que la adjudicación se aprobara «por unanimidad. Todos apostamos por un proyecto estratégico y me siento orgulloso de la capacidad de encontrar el acuerdo que tiene este Ayuntamiento cuando de los intereses de Irun se trata».
