El departamento de Movilidad y Vía Pública del Ayuntamiento de Irun comunicó ayer que durante la presente semana se han llevado a cabo los trabajos para convertir el puente de acceso a Aranibar por la calle Andrearriaga, en el barrio de Ventas, en un paso de uso exclusivo para peatones.

Como consecuencia, la calle Telleria que se encuentra en el otro extremo del puente, pasará a ser una 'calle 20' de prioridad peatonal y que tendrá doble sentido de circulación entre el paso elevado y los números 3B y 12 de dicha calle, donde existía ya anchura suficiente como para garantizar ambos sentidos.

En el acceso rodado general a la zona de Aranibar no habrá cambios sustanciales y se deberá seguir realizando a través de la calle Labeltze, tal y como vienen haciendo los vehículos actualmente. «Hemos programado esta actuación de forma que el paso por el puente quede ya reservado a peatones antes de que arranque el curso escolar», explicaba la delegada de Movilidad, Vía Pública y Obras, Cristina Laborda. «Ganamos en seguridad y en accesibilidad para quienes transitan por el puente hacia el centro del barrio».

Laborda señaló que la decisión se había adoptado «en el marco de la mesa de Movilidad y tras estudiar las diferentes propuestas», entre ellas, la del Partido Popular de Irun que el pasado mes de junio dio a conocer públicamente que había solicitado al Gobierno municipal y a la propia Mesa de Movilidad que se apostara por este cambio y el puente fuera peatonalizado.

Ya en aquella propuesta el PP irunés señalaba que se mejoraría «la accesibilidad y la seguridad» de quienes usaban el puente para pasar de Aranibar «al centro del barrio» y hacía hincapié especialmente en la conexión peatonal con el colegio. También apostaba por la solución de tráfico en la calle Telleria que finalmente se ha adoptado.

Pedro Alegre e Iñigo Zumeaga eligieron las instalaciones del Polideportivo Artaleku para presentar el nuevo curso municipal de actividades deportivas para poder mostrar el resultado de las obras acometidas en el entorno de la piscina de esta instalación.

Tras dos meses de obra y unos días extra más para realizar las tareas anuales de mantenimiento y limpieza, la piscina de Artaleku se reabría ayer con la presencia de los primeros usuarios. «Había gente impaciente por la reapertura», admitía Zumeaga.

Las obras realizadas consistían en la renovación de la cubierta que tras el paso de más de dos décadas desde su instalación necesitaba ya una renovación integral. También algunas partes del forjado de los techos de cemento que se encuentran en la zona de vestuarios y sobre la piscina pequeña. «La obra se completó en plazo», afirmaba Pedro Alegre. «Pero decidimos que era mejor retrasar unos días la apertura», explicaba Zumeaga, «para hacer el mantenimiento anual, que normalmente se hace en la primera quincena de septiembre. No parecía lógico abrir para volver a cerrar en apenas una semana y lo hemos hecho todo seguido». Quedan pendientes esos mismos trabajos de mantenimiento y limpieza en la piscina de Azken Portu que «se llevarán a cabo durante la segunda quincena de septiembre, como suele ser habitual», con Artaleku como alternativa.