El portavoz del grupo municipal de Bildu en Irun, Oinatz Mitxelena, explicó ayer, en euskera, los pasos que ha dado la coalición abertzale en estos dos últimos años instando al Gobierno municipal a que retire los nombres de calles otorgados a personas relacionadas con la dictadura franquista y elimine las placas existentes en muchas viviendas de la ciudad con los símbolos de la Falange o el Sindicato Vertical.

«Hemos planteado este tema en distintos marcos, en el Pleno, en Junta de Portavoces, en la Comisión de calles... Ahora lo hemos metido por registro, de manera oficial, a ver si así conseguimos que el Gobierno se ponga a ello y todo esos símbolos se eliminan antes del trigésimo octavo aniversario de la muerte del máximo mandatario de aquel régimen de dictadura militar». Según Mitxelena «se trata de algo que en mandatos anteriores ya reclamaron Ezker Batua y también otros grupos municipales de izquierda abertzale». Aseguraba asimismo que «parece que el Gobierno local tiene voluntad de hacerlo, pero no termina de ponerse en marcha».

Mitxelena presentó ayer las cinco calles que a juicio de Bildu deberían cambiar de nombre y un listado de casi un centenar de viviendas irundarras que en sus fachadas muestran algún tipo de simbología ligada a Falange o al Sindicato vertical. Entre estas últimas, la más llamativa sin duda es la gran placa de piedra presente en las casas del Grupo Juncal, en el encuentro de las avenidas de Gipuzkoa y Elizatxo, lugar que Mitxelena eligió para dar a conocer la propuesta de su grupo.

En cuanto a las calles, el edil presentó un informe relativo a las cinco cuyo nombre propone sustituir, «hay nombres esperando en la Comisión de Calles», que por cierto, se reúne hoy. Las cinco en cuestión son las calles Ortiz de Zárate («hombre de confianza del general Mola»), general Tellechea («Cástor Tellechea nació en Irun y participó en la toma franquista de Bilbao, Santander y otras localidades. Fue ascendido a general con el cargo anexo de gobernador militar de Ourense»), general Bergareche («Francisco Bergareche, general de Artillería irundarra que ostento diversos cargos en el régimen, incluido el de gobernador militar de Barcelona»), Mourlane Michelena («periodista y escritor irundarra que participó en la redacción del 'Cara al sol' y dirigió el periódico 'Arriba'») y Embajador Manuel Aznar («periodista, publicista y diplomático con distintos cargos en el franquismo»).

El Grupo Correos ha iniciado una operación que tiene como objetivo la enajenación de 110 inmuebles de su propiedad repartidos por toda la geografía española. Uno de ellos se encuentra en Irun, el edificio de Correos y Telégrafos ubicado en el número 6 de la plaza del Ensanche. Un inmueble de seis plantas (baja y cinco alturas) y sótano que fue construido por Regiones Devastadas y entregado, una vez finalizada la obra, el 12 de agosto de 1950, para que sirviera de sede de Correos en la ciudad.

Inicialmente, todas las plantas tenían un uso previsto, aunque siempre resultó un edificio ligeramente sobredimensionado para las funciones que en él se preveían. En los últimos años en los que Correos estuvo instalado allí, sólo se usaban las plantas inferiores, mientras que otros servicios se prestaban en locales más accesibles en otros puntos de la ciudad. Finalmente, dentro de un plan que a principios del milenio el Grupo Correos activó al objeto de modernizar sus infraestructuras en el País Vasco, el edificio quedó en desuso en 2007.

Para gestionar el proceso de subasta del conjunto de inmuebles, el Grupo Correos va a contar con la labor de BNP Paribas. Ayer arrancó el proceso de comercialización que se extenderá hasta el 21 de noviembre, fecha en la que tendrá lugar la subasta propiamente dicha en un acto público. Durante ese plazo, los interesados en pujar tienen la oportunidad de conocer el inmueble para ajustar su oferta.

El precio mínimo fijado es de 1.950.520 euros, cuantía que se reduciría un 15% en una segunda convocatoria (el mismo día 21) y que sólo tendría lugar si en la primera nadie concurriera. Desde BNP Paribas señalaban ayer que el precio de partida se ha fijado valorando «el conjunto del inmueble en su estado actual», aunque evidentemente, quedará a criterio del futuro comprador rehabilitar el edificio o demolerlo para ejecutar una nueva construcción.

En cualquier caso, los organizadores de la subasta quisieron recordar que «los futuros usos que se puedan desarrollar dependerán siempre de lo que el consistorio tenga estipulado para la parcela en cuestión»; aunque se trata de un aspecto que siempre pueden discutirse con la administración local. Actualmente, más allá de los usos como equipamientos institucional y de servicios, se contemplan aprovechamientos residenciales para esta parcela.

La situación de la antigua sede de Correos y Telégrafos ha sido discutida públicamente por tratarse de un edificio céntrico, en una de las zonas más nobles de la ciudad, y que se encontraba en desuso. El Ayuntamiento de Irun ha intentado diversas gestiones para que Correos corrigiera una situación que ahora podría encontrar solución a través de la venta del inmueble en este procedimiento abierto para su subasta pública.