El delegado de Hacienda, Miguel Ángel Páez, ofreció ayer un poco de aire a la asfixiada actualidad económica. Presentó la liquidación de 2011, aprobada por Decreto de Alcaldía y comunicada a los grupos municipales. Los buenos números de ejercicios anteriores, permiten que, pese a las dificultades de 2011, la tesorería municipal disponga de un remanente de 469.181,72 euros. No es la única buena nueva que deja un ejercicio en el que el Ayuntamiento afrontó el pago de bienes y servicios sin recurrir a crédito y en un plazo de 30 días desde la recepción de la factura. Páez destacó que las cuentas municipales viven «alejadas de cualquier perspectiva de números rojos» pese a las advertencias de «agoreros que decían que habría problemas con la liquidación...»
No hizo ni un gesto de satisfacción de más, ni se mostró demasiado optimista, pero fue evidente que el resultado económico del año pasado le parecía meritorio. Los ingresos reales sufrieron un fuerte descenso sobre la previsión, de cerca de 8 millones, más de la mitad, derivado de las cifras finales del Fondo Foral de Financiación Municipal. Pese a ello, el Ayuntamiento resistió y salvó el ejercicio. «Hemos reducido los gastos en compras de bienes y servicios renegociando los contratos; se ha reducido el gasto en material, en festejos... Bajamos el gasto en los capítulos de Personal (reduciendo horas extra y sustituciones, por ejemplo) y de Transferencias a entidades. Además, las adjudicaciones de las obras del campo de fútbol de San José Obrero y del Centro de Tecnificación de Tenis de Mesa se realizaron por debajo de la licitación, un 23% en el primer caso y un 14,5% en el segundo».
Nuevas bonificaciones
Quizá para que nadie tome estos resultados como lo que no son, Páez alertó sobre que en 2012, de nuevo, los ingresos forales van por debajo de las previsiones. Según informó ayer la Diputación, un 9,9% hasta abril. El Ayuntamiento hizo una provisión del 11% de margen. Pero si la cifra no mejora, con el Decreto Ley que impide aumentar la deuda a instituciones públicas y con el IPC en aumento, «cada vez hay menos recursos. Sabemos que tenemos capacidad para seguir pagando a 30 días por lo menos hasta octubre. Y tenemos ese casi medio millón de remanente». Aunque no anunció a que se destinará, advirtió que su uso «pasará por el Pleno».
«En la medida de lo posible, este Ayuntamiento colaborará en salir de la crisis con su granito de arena, realizando las inversiones que podamos hacer para reactivar la economía», declaró. «Pero sobre todo, no permitirá que ningún ciudadano se quede abandonado a su suerte; con o sin ayuda de otras instituciones, y conscientes de que hay mucha gente pasándolo muy mal, vamos a intentar que nadie quede en la cuneta». Para ello, defendió el delegado un principio básico: «el que pueda pagar más tendrá que pagar más para que el que no puede, pague menos».
Es la filosofía que guía la nueva Ordenanza de Bonificaciones y Exenciones para las tasas municipales que el Gobierno se comprometió a preparar y que la semana que viene presentará «ante los portavoces de los grupos y varias entidades ciudadanas».
Páez consideraba necesario «que todos sepamos dónde estamos. Debemos ser conscientes de que el coste real de los servicios está muy lejos de las tasas; incluso quien paga el 100% de la tasa está, realmente, muy bonificado. Y el usuario no lo sabe». Es un aviso para navegantes. Estando las cosas como están, parece seguro que las tasas subirán y que las bonificaciones «serán por renta y patrimonio». Pero antes, «entre todos, debemos distinguir servicios básicos de los que no lo son, porque no todos son igual de prioritarios».
