11 julio 201400:23
Históricamente, la comarca del Bidasoa ha hablado francés. Igualmente, el castellano ha estado muy extendido en el sur de Iparralde. La percepción, sobre todo fuera, es que Irun y Hondarribia siguen siendo bastante francófonas y muchas empresas del territorio, ante la necesidad de un trabajador que hable francés, sondean el mercado comarcal. Sin embargo, las percepciones no se ajustan siempre a la realidad, por lo que la diputación Foral de Gipuzkoa, en colaboración con Bidasoa activa, puso en marcha el proyecto 'Bidasoa. Eskualde bat hiru hizkuntza. Hacia un programa de gestión multilingüe'.
El objetivo final de esta iniciativa es «que las empresas ganen en competitividad y que la ciudadanía fronteriza tenga oportunidades de empleo en ambos mercados». El primer paso dado ha sido un diagnóstico de la situación actual cuyos resultados se presentaron ayer durante una jornada específica en el recinto ferial Ficoba.
En la apertura de la jornada, Fernando Alana, de la Asociación de Industrias de la Lengua en el País Vasco, Langune, incidió en que el estudio «tiene que ser una oportunidad para las empresas, para los trabajadores y para la industria lingüística». Maribel Lorenzo, directora de Bidasoa activa, destacó el trabajo que, en la línea de aumentar el conocimiento de los tres idiomas comarcales, se ha desarrollado desde la agencia de desarrollo y desde el Consorcio Bidasoa-Txingudi. Sin embargo, admitió que, «por la barrera idiomática, aún se pierden oportunidades de negocio. Este estudio debe servirnos para tener más información y ser más eficaces en el trabajo que hacemos para que el multilingüismo sea un beneficio y no una traba».
Esta iniciativa defiende que «la competitividad empresarial mejoraría con el multilingüismo»
Inglés en vez de francés
El diagnóstico presentado parte de encuestas sobre más de 125 empresas de la comarca, entrevistas con 19 responsables de algunas de ellas y la opinión de 70 trabajadores (o solicitantes de empleo) que estudian idiomas, todo ello contrastado con la visión de cuatro expertos vascos en lingüística. Iñigo Arteche y Juan José Pérez, del grupo consultor Ikertalde, fueron los encargados de dar a conocer los resultados.
Lo primero que destacaron fue que «la mixtura que se ha acelerado en estos últimos 25 años (residencial del sur al norte; comercial, del norte al sur), no se ha producido en el mundo empresarial y sigue habiendo dos mercados laborales prácticamente impermeables». De la gente que trabaja en la comarca del Bidasoa, el «65% son de Irun u Hondarribia; el 30% del resto de Gipuzkoa». Sólo un 2% son residentes en Francia y el 3% restante tiene orígenes diversos.
El estudio demuestra que las empresas consideran muy importante el conocimiento de francés en sus respectivas plantillas para atraer clientes y poder darles respuesta en su idoma y para vender productos fuera, «más acentuado en empresas comerciales, pero también entre las industriales». Valoran esta lengua como la más importante por delante de euskera e inglés. Sin embargo, entre los estudiantes de idiomas, aunque está muy generalizada la idea de que tener idiomas aumenta las oportunidades de hallar empleo, «ha habido una pérdida de posición del francés (y del castellano al otro lado) en favor del inglés. Los estudiantes creen que es más importante, sin embargo, la visión de las empresas es diferente».
Arteche y Pérez pusieron también ejemplos de buenas prácticas en las empresas para mejorar su capacitación idiomática, aunque en general, dijeron haber detectado «pocas luces y muchas sombras».
Dos intervenciones de representantes empresariales que asistieron a la presentación coincidieron con el análisis y señalaron que la situación obliga a tomar medidas paliativas «porque las cosas no se hacen bien de base y hace años que se apostó por enseñar inglés en los colegios dejando completamente de lado el aprendizaje del francés. Fue una decisión política y no fue acertada».