Mateos, Zubillaga, Cruzado, Sáenz de Ereño, Aramburu y Sánchez dieron a conocer la campaña. :: DE LA HERA
La delegación en Irun de la ONG Nagusilan llevará a cabo, la semana que viene, un reparto de alimentos entre un total de 477 familias necesitadas. El antiguo local de Emaús, ubicado en el barrio de Anaka, acogerá la distribución de 23 toneladas de productos. Estos llegarán a través del Banco de Alimentos de Gipuzkoa, que, para este reparto en concreto, los ha obtenido de la Unión Europea. Empresas distribuidoras, centros comerciales, donaciones y colectas son otras de las fuentes a través de las que el Banco de Alimentos consigue los productos.
La delegada de Bienestar social, Maite Cruzado, dio a conocer ayer los detalles de esta campaña así como de la labor que realizan las entidades implicadas en la misma. Le acompañaron Javier Sáenz de Ereño, presidente del Blanco de Alimentos; José Ignacio Sánchez Berra, miembro de la Junta Directiva de esta organización; la presidenta de Nagusilan, Juncal Aramburu; y el secretario y una de las voluntarias de esta ONG irunesa, Eduardo Zubillaga y Lucía Mateos, respectivamente.
La labor de los voluntarios
Desde el área de Bienestar social se considera «muy importante» dar a conocer la labor «que realiza día a día el Banco de Alimentos de Gipuzkoa para cubrir las necesidades primarias de muchas de las familias que están padeciendo la crisis», señaló Maite Cruzado. La delegada quiso reconocer también «el trabajo que realizan los voluntarios de Nagusilan». Esta ONG, constituida en 1995, cuenta en su delegación irunesa con un total de 77 voluntarios. El objetivo de Nagusilan es el acompañamiento y la mejora de la calidad de vida de las personas mayores; pero desde 2007, también esta implicada en labores de reparto de alimentos, en las que intervienen catorce voluntarios.
Los productos se reciben en el antiguo local de Emaús. Las solicitudes de las familias necesitadas que desean recurrir a este servicio se tramitan a través del área de Bienestar social y las oficinas de Lanbide; y una vez recibidas los voluntarios de Nagusilan se encargan de crear los listados. Una vez clasificados los alimentos que se van a repartir, se contacta con las familias para que acudan a recogerlos.
Javier Sáenz de Ereño explicó que, además de cumplir un objetivo social y solidario a través de su labor, el Banco de Alimentos de Gipuzkoa aboga asimismo por evitar «el despilfarro» de comestibles. «Recogemos alimentos que antes iban al vertedero, se clasifican y luego los distribuimos». Este tipo de reparto se clasifica en lo que denominan «de último minuto. Nuestras furgonetas recorren todos los días las grandes superficies y recogen productos frescos como verdura, fruta o yogures, que tienen una fecha de consumo preferente bastante corta». A estos alimentos se suman los recibidos a través de la Unión Europea, campañas o donaciones.
Desde el Banco de Alimentos se realizó un llamamiento «a las empresas que fabrican o manipulan alimentos, para que se acuerden de nosotros. Si colaboran con nosotros, evitaríamos el despilfarro de comestibles».