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JOEL IGLESIAS
- HONDARRIBIA
10 abril 201514:13
Es una iniciativa que comenzó hace cuatro años. «Se movió principalmente a partir de dos personas que llevaban tiempo dándole vueltas a esta idea», cuenta Eneko Huarte, de Aldatsa Baratza. Se fueron sumando más personas y nació esta cooperativa basada en la autogestión de una huerta cuya producción es ecológica y en la que «la gente sabe de dónde salen las cosas».
El primer terreno que cultivaron fue un espacio cedido en el barrio de Meaka de Irun. Sin embargo, por sus características y ubicación «no era el mejor. Estaba en cuesta y además la tierra era mala. Vimos la necesidad de ampliar el número de cestas porque había más gente que quería entrar y empezamos a buscar otras opciones», cuenta Huarte. Y entonces surgió una oportunidad en Hondarribia.
Aldatsa Baratza se presentó al concurso para optar a una de las tres parcelas de 5.000 metros cuadrados junto al caserío Bottika, dentro de la agroaldea puesta en marcha por el Ayuntamiento para seguir impulsando el sector agrario en la ciudad. Llevan un año en este terreno y «estamos muy contentos. La tierra está muy bien, y el hecho de estar en una zona llana facilita mucho el trabajo. Por eso pretendemos aumentar el número de cestas que producimos, porque vemos que tenemos capacidad».
El propio Huarte y Mikel Valero son los dos liberados que trabajan día a día en la huerta, aunque según precisa «estamos abiertos a que cualquiera de los socios venga cuando quiera a echar una mano o a estar un rato. Pero como no podemos depender de la decisión de la gente, estamos dos personas encargadas a media jornada de la gestión de la parcela».
En estos momentos, la producción semanal de Aldatsa Baratza se acerca a las 25 cestas y «andamos con la intención de llegar a esa cifra o incluso hacer alguna más». Tienen estipulado que cada una es «para aproximadamente una familia de unas cuatro o cinco personas», por lo que hay gente que opta por medias cestas «que serían para parejas e incluso tres personas».
Desde esta asociación confían en que se sumen más socios, como ha venido ocurriendo desde que comenzaron con este proyecto. Huarte recuerda que en los inicios «éramos conocidos todo la gente que nos juntábamos con unas mismas inquietudes, pero hemos visto que a medida que ha pasado el tiempo se ha hecho más popular, y ahora tenemos gente de todo tipo y de diferentes edades».
Se organizan en grupos
Son los propios cooperativistas los que se organizan en grupos y se encargan de la recogida de los alimentos cultivados para proceder cada sábado al reparto que se realiza en el Gaztetxe de Irun. Dependiendo de la época del año, hay mayor o menor variedad de productos en la cesta, ya que todo es de temporada. Por ejemplo, estas últimas semanas «apenas había cuatro o cinco referencias, pero luego ya en verano aumenta hasta cerca de diez».
Huarte añade que, en caso de que la demanda supere las 25 cestas, «nos plantearíamos la posibilidad de aumentar el número siempre que esté dentro del límite que podemos producir y gestionar a la semana». Los interesados en conocer más sobre Aldatsa Baratza o sumarse al proyecto pueden escribir al correo
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. «Qué mejor que saber lo que comes y de dónde viene», recalca este cooperativista.
Desde esta asociación aprovechan para valorar la iniciativa de la agroaldea porque «se ve, con un ejemplo como este, un paso adelante del Ayuntamiento de Hondarribia en relación al primer sector, aunque estaría mucho mejor si se pudiera dar una continuidad en el tiempo», porque la cesión de este terreno municipal es, en principio, para cuatro años porque hay un proyecto para esa zona. «Pero no nos podemos quejar, porque gracias a esta iniciativa tenemos esta parcela», concluye Huarte.