La diputada foral de Infraestructuras Viarias señaló ayer que la deuda de Bidegi (900 millones de euros) y la necesidad de afrontar nuevas inversiones requieren que los conductores sigan sosteniendo la financiación de la red.
Larraitz Ugarte acudió a las Juntas Generales a petición del PNV, con el fin de explicar si se mantendrá o se eliminará el cobro por el uso del Segundo Cinturón.
Aintzane Oiarbide (PNV) recordó que el Pleno de la Cámara aprobó en setiembre del año pasado suprimir el canon, con el voto a favor de Bildu, PP y Aralar. La juntera jeltzale preguntó a la diputada si tenía intención de cumplir el acuerdo plenario. Ugarte y Oiarbide protagonizaron algunos momentos de tensión que casi reavivaron los rescoldos de recientes polémicas entre Bildu y el PNV, a cuenta de los sobreprecios.
Ugarte respondió que la decisión sobre si se mantiene o se elimina el cobro dependerá del acuerdo que se adopte en la ponencia sobre peajes. Las conclusiones de la misma estarán listas para marzo o abril.
Ugarte admitió que el Pleno de las Juntas aprobó su eliminación, pero añadió que a la vista de la situación económica de Bidegi se había decidido debatir en la ponencia el futuro del cobro en el Segundo Cinturón. «Este peaje ha supuesto ingresar 10 millones de euros. Hay que tener en cuenta que el Plan Económico Financiero de Bidegi había previsto recaudar 110 millones en 2011, pero solo han sido 100». La diputada añadió que Bildu se reafirma en el criterio que condujo al acuerdo de Juntas, «pero hemos preferido retrasar su ejecución hasta ver los acuerdos a los que se llegue en la ponencia».
Oiarbide criticó las explicaciones de Ugarte. «Han iniciado la casa por el tejado. No tenía sentido presentar la iniciativa en las Juntas y aprobarla, para después esperar a lo que diga la ponencia. Su departamento va a la deriva».
La juntera jeltzale indicó que su grupo siempre ha mantenido la necesidad de cobrar peajes «para mantener el equilibrio financiero de Bidegi y evitar que las inversiones se paguen a través del presupuesto foral, detrayendo dinero para otras actuaciones».
Nuevo rifirrafe
En el turno final de respuesta, Ugarte cargó con vehemencia contra el PNV. La diputada volvió a recordar el desfase de 47 millones de euros que se produjo en la pasada legislatura entre el presupuesto de las obras de Bidegi y el coste final. La denuncia por parte de Bildu de este sobrecoste provocó días atrás una sonada polémica con el PNV.
Ayer, el fuego estuvo a punto de resurgir. Cuando Ugarte recriminó al PNV el desfase, Oiarbide le interrumpió conminándole a que se ciñera «al tema». La presidenta de la Comisión, la socialista Lore Suárez, tuvo que intervenir para reconducir el debate.
Ugarte retomó la palabra e incidió en que la deuda de Bidegi impide que «de pronto eliminemos los peajes. Una cosa es lo que queremos hacer y otra lo que podemos. Quitar los peajes supondría que la Diputación tendría que destinar dinero para las carreteras y reducir cantidades para política social. Todos los grupos coincidimos en que los ingresos deben provenir de las mismas infraestructuras».
Ugarte remachó que la necesidad de cobrar a los conductores «se debe a la extrema situación de Bidegi. A algunos les duele mucho que lo diga, pero si lo tengo que explicar una y otra vez lo haré. No se están cumpliendo ni las previsiones de tráfico ni los ingresos. El compromiso adquirido por el PNV con los bancos es saldar la deuda para 2032. Solo se puede cumplir este acuerdo si recaudamos mediante peajes».
Tanto el PP como Aralar coincidieron, en declaraciones realizadas al término de la Comisión, en que el peaje del Segundo Cinturón se debe eliminar.
Íñigo Manrique advirtió que en la ponencia «nunca avalaremos un dictamen que obligue a pagar el peaje a conductores que no circulen por el vial». En la misma línea, Rebeka Ubera señaló que se trata de un peaje que se cobra a todas las personas usuarias «sin saber si lo van a utilizar o no», por lo que apostó por la desaparición de este canon.
AL DÍA LOCAL
EL PRESIDENTE DEL RACVN SE MUESTRA CONTRARIO A LOS PEAJES, EXCEPTO EN AUTOPISTAS NUEVAS Y CON VIAL ALTERNATIVO GRATUITO
La ponencia de las Juntas que analiza el futuro de los peajes guipuzcoanos mantuvo ayer su segunda reunión. El invitado en esta ocasión fue el presidente del Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN), Pedro Martínez de Artola.
El responsable del club automovilístico se mostró contrario al cobro de peajes, pero con excepciones. En este sentido, indicó que «son aceptables en nuevas autopistas y siempre que desde el inicio del proyecto se advierta a los ciudadanos que se va a cobrar un canon. Otra condición sería que existiera una carretera alternativa gratuita». Señaló que, atendiendo a estos criterios, que se cobre por circular por la autopista Eibar-Vitoria «es razonable».
Martínez de Artola rechazó la generalización de los peajes. «Es un medio fácil para recaudar dinero con el que atender los gastos de la Diputación».
El presidente del RACVN señaló que no comparte el criterio «tan extendido de que 'el que utiliza paga, el que contamina paga'. Las carreteras benefician a toda la sociedad y, por tanto, no tienen por qué ser financiadas solo por los conductores. Debe ser la sociedad, vía presupuestos forales, la que sostenga su construcción y mantenimiento». Señaló que el tratamiento debería ser el mismo que se da a la educación o al sistema sanitario. «Son servicios pagados con los impuestos de todos, porque todos nos beneficiamos. En estos casos no decimos que quien los usa que los pague. Este mismo criterio debería servir para las infraestructuras viarias, sin las cuales no es posible concebir esta sociedad».
Añadió que los conductores, vía impuestos, aportan cantidades «muy superiores a las que se destinan a la carreteras». Entre estos impuestos citó los de circulación, matriculación, IVA o carburantes. Respecto al cobro a camiones en viales internacionales (como se pretendió en Etxegarate), señaló que la UE ofrece esta posibilidad, pero no obliga.
AL DÍA LOCAL
17.02.12 - 02:48 -
El Segundo Cinturón se abrió al tráfico en junio de 2010, tras una inversión de 350 millones de euros. Su fin era descargar de tráfico de paso a la variante. La Diputación decidió financiar la obra mediante peajes, pero se debía superar un inconveniente. En el trazado no había espacio para construir un área de cobro de grandes dimensiones.
Cabía la posibilidad de instalar arcos para cobrar a distancia, pero el coste era elevado y la validación del abono no era fiable.
Finalmente, se optó por cobrar el Segundo Cinturón en los peajes de Irun, Oiartzun, Orio y Zarautz. Esta medida presentaba un problema. Se aplicaba el canon también a conductores que no iban a circular por el nuevo vial, puesto que su destino podía ser Donostia. Para evitar en lo posible este cobro indebido, se aprobó que si un ciudadano realiza un viaje de ida y vuelta en 24 horas pasando por una de la citadas áreas, se le descuenta el canon.
Este sistema sigue presentando cobros indebidos. Por ejemplo, una persona que va de Zarautz a Donostia puede quedarse en la capital y volver despues de transcurridas 24 horas. Se le cobra el nuevo vial sin utilizarlo.
