La Fiscalía pide seis años de cárcel para un hombre al que acusa de agredir sexualmente a una mujer en una pensión de Irun el 29 de junio de 2019, víspera de la celebración del día de San Marcial.

Inicialmente la víctima se personó en el procedimiento judicial contra el inculpado aunque, como ha indicado el tribunal al inicio de la vista oral, recientemente ha decidido retirar su acusación contra el hombre.

Según han relatado la víctima y el acusado durante la primera sesión del juicio por estos hechos celebrada este lunes en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, el incidente habría tenido lugar a partir de las 14.00 horas cuando el procesado, de origen magrebí, se encontró a la chica sentada en un portal sin recordar cómo había "aterrizado" en Irun, adonde había llegado desde una localidad del interior de Gipuzkoa en la que reside.

En estas circunstancias, la joven, quien ha dicho tomar una medicación que no puede mezclar con alcohol, permanecía desorientada sin haber dormido nada durante la noche anterior, en la que además le habían robado las dos carteras que llevaba y se había quedado sin batería en el móvil.

Ante esta situación, el hombre le ofreció alguna pieza de fruta que llevaba en una bolsa y le invitó a tomar un café y un pintxo en un bar, donde ella también cargó el móvil, y posteriormente acudieron a una pensión en la que supuestamente ocurrieron los hechos.

A partir de este momento, las versiones de ambos difieren ya que el procesado mantiene que las relaciones sexuales fueron consentidas por ambos, mientras que, según la víctima, él la habría "forzado" cuando regresó a la habitación tras haber tomado un ducha.

"Como él seguía -insistiendo- pensé: tengo que salir de aquí sea como sea" y al final le dejé, no me resistí demasiado tampoco", ha explicado la mujer, quien ha recordado el "miedo" que sintió entonces.

"Estaba como congelada, paralizada"

"Me agarró y yo estaba como congelada. Yo le decía que no, pero estaba palizada" ha detallado esta mujer, quien ha desvelado que previamente en el bar "en ningún momento" habían hablado de mantener relaciones sexuales "ni hubo ningún beso" ni "ningún toqueteo" entre ellos, como sí ha afirmado el inculpado.

"Yo pensé que me estaba ayudando", "confié en él", se ha lamentado la chica que tras los hechos intentó "convencer" al hombre de que la dejara marchar "diciéndole que si quería" quedarían "otro día" a lo que en un principio él no accedió aunque "luego sí" lo hizo.

De esta manera, ha relatado que ambos fueron a sacar dinero con el móvil de ella en un cajero, tras lo que acudieron a la estación, donde tomaron algo porque él no la dejaba sola "ni un minuto" y tenía que esperar una hora a que llegara el tren para volver a casa.

La víctima ha explicado que finalmente ambos se despidieron "con un beso" porque ella se quería "ir ya" y pretendía hacerle ver a él que "todo iba bien" para que le "dejara" marcharse.

"Me sentía segura con él y confiaba en él"

Ha detallado también que al llegar a su localidad de origen se encontró a unas amigas que le preguntaron qué había pasado porque tenía un "chupón" y "quién se lo había hecho" y, si bien en un primer momento les dijo "que no sabía", luego "a los días" ya contó lo sucedido a varios allegados.

A preguntas de la abogada de la defensa, la víctima ha aclarado que cuando logró cargar el móvil antes de ir a la pensión no pidió ayuda con el teléfono ni sacó dinero par pagarse ella misma una pensión porque le "había invitado él". "Me sentía segura con él y confiaba en él", ha detallado la mujer quien ha mantenido que pensó que el hombre iba a pagarle la pensión y se iba a marchar.

También ha señalado que tras haber sido forzada, no comentó nada a ninguna persona en la calle, a pesar de que eran Sanmarciales y había "muchísima gente", porque ella tuvo la impresión de que él "tenía todo controlado".

Por su parte, el hombre, que ha declarado asistido por un traductor de árabe, ha admitido que aquel día estuvo con la mujer a la que encontró en la calle y fueron a tomar algo a un bar donde se besaron y ella le dijo que no había dormido la noche anterior por lo que fueron a una pensión "con la intención de acostarse".

El encausado ha enfatizado en todo momento que las relaciones fueron consentidas y que la mujer no le pidió que parara ni que la dejara en paz, tras lo que la chica recibió una llamada telefónica de su hermana, la acompañó a sacar dinero a un cajero y luego fueron juntos a la estación de tren donde intercambiaron números de teléfono y, después de compartir un bocadillo, se despidieron con un abrazo y un beso. Está previsto que el juicio concluya mañana con los informes finales de las partes.