El Ayuntamiento de Irun ha colocado en el punto de encuentro de las calles Santa Elena y Dolores Salís, una placa que recuerda a los 207 presos de la dictadura que trabajaron en la construcción del canal de Olaberria (actual canal de Dunboa).

La instalación de este elemento, similar a otros colocados en otros puntos y que hablan de la historia de la ciudad, recoge una petición de la Asociación Republicana Irunesa Nicolás Guerendiain, que en 2018 publicó el libro A pico y pala. Trabajos forzosos en Gipuzkoa. Destacamento Penal de Irun (1942-1944)”. Esta publicación recoge la investigación realizada por Aiala Oronoz sobre el destacamento penal de Irun y los presos que trabajaron en él. Esta misma asociación realizó en 2019 un homenaje a los doscientos siete presos que trabajaron en las obras del canal y una exposición en la que dio a conocer la documentación que se recopiló durante la investigación.

“A través de la Oficina de Memoria Histórica Irun por fin reconoce un espacio nacido de la represión franquista y los trabajos forzados. Que estos espacios no sólo sirvan para cumplir con la ley, que sean medio de difusión y recuerdo de lo sucedido en nuestra ciudad para que no se vuelva a repetir aquí o en cualquier otro lugar”, señaló el delegado Santi Jiménez.

Entre finales de 1942 y principios de 1944, más de doscientos presos del franquismo trabajaron en las obras de canalización de la regata Olaberria. El proyecto fue llevado a cabo por Ferrocarriles y Construcciones ABC, una empresa que disponía de seis destacamentos penales en Gipuzkoa y al menos otros cinco en otras provincias del Estado. Estos presos se vieron forzados a trabajar en el contexto de la Redención de Penas por el Trabajo, un sistema implantado en 1938 y gestionado por el Patronato Central para la Redención de Penas por el Trabajo que en 1943 llegó a emplear más de 15.000 presos en 121 destacamentos penales.

En el Destacamento Penal de Irun trabajaron un total de 207 presos, procedentes de 34 provincias españolas, con una mayoría de presos andaluces, extremeños y asturianos. La placa incluye todos sus nombres. “La ciudad de Irun tenía una deuda pendiente con estas personas que fueron represaliadas que se va a ver saldada y por otro lado, también se reconoce el trabajo que realizan las asociaciones memorialistas locales, brindándonos colaboración activa para impulsar la Memoria Histórica de Irun”, agregó Jiménez.