Una parcela de unos 1.500 metros cuadrados, situada en el barrio de Ventas junto a la rotonda de Porcelanas, es la futura ubicación de una instalación deportiva novedosa que busca ser una referencia en su género en el área de Irun. Se trata de un pump track, una pista que sirve para la práctica de una modalidad deportiva en la que ciclistas o patinadores superan pendientes y obstáculos de pequeñas dimensiones utilizando la inercia para impulsarse, sin dar pedales.

Para elaborar el proyecto de la pista, el alcalde Santano explicaba este martes que desde el Consistorio han realizado una labor de investigación para conocer las características de pump tracks del entorno, como el de Iruña, y poder incorporarlas y mejorarlas en el que acogerá Ventas.

El resultado del trabajo lo presentó ayer el ingeniero del área de Obras del Ayuntamiento, Iokin Berridi. Así, el proyecto propone una instalación con tres circuitos de distintos niveles de dificultad, para que pueda dar servicio desde a iniciados hasta a profesionales.

El circuito de iniciación será de unos 70 metros lineales de longitud y obstáculos pensados para principiantes. El intermedio tendrá unos 120 metros y ayudará a la progresión de los usuarios, aportando inercias y velocidades más elevadas. Por último, el circuito profesional, de 100 metros, contará con tres peraltes y obstáculos que permitan la aplicación de técnicas de nivel alto.

Una vez finalice el concurso público y se adjudique la obra, el plazo de ejecución será de unos tres meses. Desde el Consistorio prevén que los trabajos comiencen en torno a finales de año. El presupuesto para la actuación es de 376.461 euros.

Esta no es la única pista para deportes de deslizamiento que la ciudad suma este año: el parque Barón de Oña, junto al gazteleku Martindonzenea, estrenará en los próximos días un módulo con varios elementos de skate park. La instalación es más sencilla y pequeña que la del puente de Santiago, por lo que se plantea como un lugar para iniciarse en el mundo del skate.