Jon Sistiaga (Co-director de 'Zubiak'): «'El final del silencio' es como 'Patria', pero con personajes reales»

El periodista irunés Jon Sistiaga presenta hoy, a las 20.00 en el Amaia, la proyección de 'Zubiak'. Este documental, que codirige junto a Alfonso Cortés-Cavanillas y pertenece a la serie 'ETA, el final del silencio', muestra el encuentro entre Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jáuregui, e Ibon Etxezarreta, que pertenecía al comando de ETA que le asesinó. Jon Sistiaga participará también en el coloquio que se abrirá al término de la proyección.

-El tema que abordan en esta serie documental, ¿es todavía un tabú?

-ETA es algo que hemos sacado del radar de los informativos; que sólo recuperan de vez en cuando algunos políticos con muy mala leche para utilizarlo en contra del partido de enfrente. Es un tema que logró 50 años de silencio en Euskadi, y que en estos momentos está logrando 10 años de desmemoria para no volver a hablar, no remover el tema... Se puede hablar de ETA en el Congreso, pero no se puede hablar desde el punto de vista periodístico que se pregunta qué pasó, qué hicimos, qué no hicimos...

-¿Su objetivo al rodar este documental era acabar con ese silencio?

-Es lo que llevo haciendo toda la vida como periodista, hablar con todas las partes. Lo que pasa es que hacerlo sobre ETA, aquí, era muy complicado: tenemos una cercanía emocional con los afectados, los asesinatos, los muertos... Si querías entrevistar a miembros de ETA o a sus víctimas la gente se echaba las manos a la cabeza. ¿Por qué? Porque eran nuestros muertos y porque eran nuestros asesinos. Todavía estaba todo demasido cerca.

-¿Lo sigue estando?

-Creo que esa dinámica se está empezando a romper. Están apareciendo libros y series de ficción que ayudan a construir el relato de aquello que pasó, de lo que hicimos o lo que dejamos de hacer. Algunos lo estamos haciendo partiendo de la realidad, contando el pasado. Yo suelo decir que 'El final del silencio' es como 'Patria', pero con personajes reales. No es una historia de ficción. Los que lo cuentan son los de verdad: los que intentaron matar, los que sobrevivieron, los asesinos o los que apoyaron a los asesinos.

-¿Cómo se gestó este proyecto?

-Tuvo una cocción muy lenta, de muchos años. La primera vez que fui a una cárcel a hablar con presos fue en 2011. Entonces la cosa no estaba de salir, como se dice. Lo que había que hacer era aguantar: lo peor que se puede hacer en el periodismo es ir rápido, presionar, llamar, obtener una declaración rápida... Fui dejándolo pasar aunque manteniendo el contacto con Maixabel, y tratando de convencer al exmiembro de ETA Ibon Etxezarreta del potencial simbólico que tendría que volvieran a tener esa conversación, que ellos ya habían mantenido. Lo que les propuse es que fuesen a cenar, que dejáramos unas cámaras puestas y a ver qué sucedía. Yo no estaba delante, estaba en otra habitación escuchando con unos cascos. Por eso tiene tanta verdad el documental: van soltando lo que les va saliendo.

-Además de ese encuentro, el audiovisual también repasa la figura de Juan Mari Jáuregui, quien fuera gobernador civil de Gipuzkoa.

-Era un tipo que había estado en la cárcel por colaboración con ETA, en 1972; un euskaldun de pura cepa que puso la primera ikurriña en Legorreta cuando se legalizó, en 1976... Y su asesino no tenía ni idea de todo este pasado. Pero probablemente, en aquella época, aunque hubiera conocido ese pasado también lo habría hecho. Se da cuenta de que matar es un acto absolutamente individual, una decisión individual a la que nadie te ha obligado. Por lo tanto, debe tener las mismas consecuencias individuales.

-'Zubiak' invita a todos a realizar una reflexión.

- Tiene múltiples lecturas. Una muy evidente, la del encuentro restaurativo, con ese inmenso caudal de perdón y piedad que tiene ella, y esa catarata de emociones y de perdón que está solicitando él. Pero, sobre todo en Euskadi, a todos nos ha tocado de cerca de una u otra manera. Esa conversación que se ve en 'Zubiak' nos interpela a todos, a toda la sociedad. ¿Por qué Euskadi fue esa anomalía ética en la Europa de los 70, 80 y 90, donde se mataba a gente por sus ideas políticas? Es un documental que remueve mucho.